Se espera que la cantidad de uva disminuya un 10% respecto a la media de los últimos cinco años por las altas temperaturas y las escasas lluvias
Bodegas San Valero ha iniciado la vendimia de 2023 en la Denominación de Origen Protegida Cariñena adelantándose alrededor de diez días respecto a la del año pasado.
Se trata de la vendimia número 79 en la historia de Bodegas San Valero y a pesar de las dificultades marcadas por las altas temperaturas y las escasas precipitaciones, se espera que sea una añada de gran calidad.
La cosecha ha empezado el 8 de agosto con la variedad blanca Chardonnay. Tradicionalmente, las variedades blancas son las primeras que se recogen. “Esto no ha hecho más que empezar –apuntan los técnicos de Bodegas San Valero–, y a pesar de los desequilibrios madurativos de la uva, el fruto es de calidad, libre de enfermedades y plagas”. Una vez terminada con esta variedad será el de las variedades anticipadas destinada para elaborar el CAVA, Garnacha y Macabeo.
En cuanto a la cantidad de uva recogida, los técnicos creen que se producirá una ligera disminución. “Calculamos que alrededor de un 10% menos respecto a la media de los últimos cinco años”, prosiguen.
Las altas temperaturas durante los meses previos a la vendimia y las escasas lluvias registradas han sido determinantes para esta disminución. Sin embargo, estas mismas fuentes insisten en que “el fruto es bueno por lo que los vinos serán de gran calidad”.
Todavía quedan por delante alrededor de dos meses para que concluya la vendimia y durante estas semanas, Bodegas San Valero va a poner todos los medios técnicos y humanos para que la uva llegue en las mejores condiciones y manteniendo sus propiedades organolépticas.
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